El canterano del Manchester City cambió la dinámica del partido.
Cuando en el verano de 2017 el Manchester City perdió a Jadon Sancho, que se marchó al Borussia Dortmund, pareció que su gran promesa se bajaba del barco. Que el futbolista más talentoso de la academia se iba por la puerta de atrás. Se rompía, además, una unión y una amistad. Phil Foden, su escudero en las categorías inferiores del City, se quedaba solo. Comenzó la ascensión del Iniesta de Stockport.
Situada en el norte de Inglaterra, Stockport es la última parada del tren que conecta Londres con Mánchester. Una localidad fría, sombría e industrial, pero que alumbró al máximo talento del fútbol inglés de los últimos tiempos. Foden perdió a Sancho cuando este se fue a Alemania, en busca de minutos, pensando que en un equipo de superestrellas como el City, en pleno gasto y ebullición de Guardiola, no le sería fácil escalar.
Foden, en ese verano de 2017, se marchó de gira con el City. Dispuso de minutos y dio rienda a su talento. Guardiola quedó prendado de él y se lo quedó. Le hizo ficha del primer equipo y salió a cuentagotas. Fue la tónica habitual con el futbolista que recuerda en sus movimientos a Iniesta y que se aleja del estereotipo de jugador inglés.
Le costó hacerse un hueco como titular. En muchas ocasiones, parecía que su futuro terminaría como el de Sancho, fuera del Etihad. Incluso en Inglaterra se bromeaba con que Guardiola solo contaba con él en la Copa de la Liga.
Pero eso terminó hace mucho. Mientras Sancho consiguió ir primero con la selección y Foden se contentaba con la sub-021, Guardiola cocinó, a fuego lento, al gran talento.
Le dosificó, le fue dando cada vez más responsabilidades. Hasta que explotó.
Por eso sorprendió cuando Guardiola le dejó esta noche en el banquillo. Fue titular el fin de semana y en los mejores onces del City figuraba. Pero el técnico español se guardó su carta. Sabía que sería un partido largo. Le aguantó hasta que quedaban 20 minutos, cuando nadie más en el Manchester City tenía ideas.
REVOLUCIONÓ EL PARTIDO
El de Stockport apenas tocó un balón, miró de frente a Reinildo, un muro todo el encuentro, y coló una pelota por donde aún no había pasado nadie. Kevin de Bruyne hizo el resto. El partido estaba ganado.
Y si el City hubiera tenido un nueve de garantías que rematase su eslalon por la banda, ese en el que dejó a dos defensas tirados, quizás la eliminatoria también lo estaría.
En una época en la que todos los focos apuntan a Pedri (Barcelona) como el sucesor de Iniesta, Foden reivindica también el trono del centrocampista español desde Stockport.
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