La Real Sociedad desperdicia la ocasión y el Barça llega a la final con la suerte de los penaltis

El Barça se adelantó con un golazo de cabeza de De Jong, pero la Real Sociedad continuó con su presión para empatar por medio de Oyarzabal en el punto de penalti. La ausencia de Messi pasaba factura entre los azulgrana y, tras salvarse de la derrota en la prórroga gracias a Ter Stegen, superaron a los de Alguacil en una mala tanda de penaltis para los vascos. El Barça, a la final de la Supercopa y a la espera del Real Madrid o el Athletic.

Sin Messi en el terreno de juego, el Barça se la volvía a jugar. Eso sí, esta vez con Griezmann en el once inicial y acompañado de Braithwaite y Dembélé en la punta de ataque. Todas las variables de Koeman para acompañar al argentino se reencontraban desde la salida al césped.

La Real Sociedad apostó por arriesgar desde el primer segundo. Los de Alguacil presionaron muy arriba hasta poner en más de un aprieto a Ter Stegen. El conjunto azulgrana se veía obligado a renunciar a la posesión desde atrás para confiar en el pelotazo. Las contras parecían el único recurso viable para frenar las jugadas de presión del conjunto vasco, pero en ese ambiente solo Dembélé se sentía algo cómodo.

El cuadro de Alguacil veía que su estrategia surtía efecto. Sin el Barça dominando, había opciones de adelantarse en el luminoso. Pero la puntería, determinante y más ante un grande, no llegaba pese a los intentos. Isak era el primero en avisar con un cabezazo, Ter Stegen despejaba los pases de sus compañeros y Portu, pasados los diez de juego, cruzaba excesivamente un tiro desde la frontal. El Barça seguía descolocado y en busca de una vía de escape ante la asfixia defensiva impuesta por la Real. Ni Pedri conseguía aparecer en el horizonte culé. Era Dembélé o la nada.

El desgaste vasco era de prever y el agotamiento físico empezó a pasar factura pasada la media hora de juego. Y más viendo que ningún zaguero txuri-urdin era capaz de parar en el uno contra uno al extremo francés del Barça. El peligro blaugrana tenía nombres y apellidos, aunque el gol no llegaría de su aportación.

Justo antes la tuvo Isak en un mano a mano contra Ter Stegen que el arquero germano resolvió. Y, una vez desaprovechado el 1-0, los de Koeman dieron un paso al frente y se hicieron con el mando del encuentro. Combinaciones rápidas buscando el resquicio en la zaga y muchas aportaciones del ’11’. Regate o centro, era triunfo asegurado.

En el 38′, momento crítico antes de finalizar la primera parte, la pegada culé hizo acto de presencia. Braithwaite puso un pase al hueco perfecto para Griezmann, el delantero colgó un centro al área pequeña y De Jong, experto en aparecer en segunda línea, remató con un cabezazo imparable para golpear en la moral vasca y cerrar la primera mitad con un triunfo visitante. La final de la Supercopa estaba más cerca.

El guion del partido favorecía al Barça, que podía firmar un final feliz ante una Real que no encontraba el acierto de cara a puerta. Pero la dinámica se repitió y, como en el inicio del encuentro, el conjunto vasco apretó más de salida. Las llegadas por banda, en esta ocasión sí, generaron el peligro necesario y en un error defensivo la Real sacó la acción más buscada.

Oyarzabal da vida
El centro por banda de la Real tocaba en el brazo de De Jong y, tras unos segundos de incertidumbre, el colegiado señaló penalti. Acierto del árbitro pese a las quejas azulgranas y opción de oro de los de Alguacil para, por fin, batir a Ter Stegen. Oyarzabal fue el encargado de acudir a la pena máxima y, por ende, de empatar merecidamente un partido que se les estaba complicando. Con toda la segunda parte por delante, el atacante vasco igualaba a uno y peleaba por la final.

La locura se instauraba en el césped y el Barça replicaba con otra acción que sembró la duda. De Jong tiró de calidad individual y se plantó solo en la portería. Gorosabel parecía haberle derribado y todas las miradas apuntaban a un nuevo penalti. Era la acción inmediatamente posterior al tanto local y el golpe anímico podía ser definitivo. Sin embargo, el árbitro pitó falta en ataque por un toque en el tobillo y la calma llegó a las filas realistas.

La tensión iba a mayores y el Barça se despedía del dominio que protagonizó en el tramo final de la primera parte. Los de Alguacil recuperaban la presión a todo campo y el Barça aceptaba el envite txuri-urdin. Sin control ni posesiones largas, el juego de ida y vuelta hacía acto de presencia.

El Barça podía aprovechar su potencial ofensivo, pero la más clara que tuvo Dembélé se convirtió en un tímido disparo en la frontal del área. Carreras y acciones algo desesperadas, ninguno de los dos conjuntos daba el paso necesario. El Barça, ya ni con Trincao en el terreno de juego, lograba ese minuto de gloria donde una contra pudiera dar sus frutos. Con tensión y sin acierto, el duelo se iba a una prórroga inesperada.

Januzaj perdona
La Real Sociedad pudo certificar su pase a la final en una prórroga repleta de huecos en defensa y ocasiones de gol. El equipo de Alguacil fue mucho mejor y los de Koeman, más allá de varias ocasiones aisladas, no pusieron en aprietos a Remiro. El ritmo lo marcaba una Real que se gustaba en el ida y vuelta y que se estaba beneficiando de un partido físico y excesivamente rápido. Perfecto para los aficionados desde sus televisores, complicado para los técnicos en el banquillo.

El Barça lo intentó, pero fue Zaldúa el primero que obligaba a Ter Stegen a estirarse con un paradón tras un lanzamiento desde fuera del área. La Real se volcaba y Dembélé, acertado en el regate pero lejos de convertirse en goleador, perdonaba un cuatro contra dos al borde del 100′. Remiro salvaba y la Real continuaba con sus aspiraciones.

Comenzaría entonces el festival de Ter Stegen y la desesperación de Januzaj. Porque, con el partido roto y el campo suficientemente abierto, el extremo aprovechó su calidad individual para obligar al portero alemán a convertirse en el héroe azulgrana. Primero perdonó Oyarzabal, luego el propio Januzaj con un lanzamiento cruzado y la guinda llegó con un paradón tras tiro de falta que, además de rozar al portero, también se estampó contra el palo. Januzaj lo intentaba, pero no llegaba. Sin tiempo, la suerte de los penaltis alcanzaba las semifinales.

Y ahí el Barça fue muy superior. Bautista perdonaba el primero tras parada de Ter Stegen, De Jong hacía lo propio por el Barça y Oyarzabal, buscando estrenarse, también perdonaba. Con el tanto de Dembélé, Willian José lo estrellaba al palo y Pjanic confirmaba la ventaja azulgrana con un 0-3. El tanto de Merino y el posterior de Januzaj tras fallo de Griezmann no sirvieron de nada. Riqui Puig, cosa del destino, anotó el definitivo 2-3 en la tanda.

Real Sociedad 1 (2) – (3) 1 FC Barcelona
Real Sociedad: Remiro; Gorosabel (Zaldua, 91′) (Bautista, 119′), Zubeldia, Le Normand, Nacho Monreal; Guridi (Barrenetxea, 80′), Guevara (Zubimendi, 105′), Merino; Portu (Januzaj, 102′), Isak (William José, 91′) y Oyarzabal.

FC Barcelona: Ter Stegen; Mingueza (Junior Firpo, 113′), Araujo, Lenglet, Jordi Alba; Busquets (Pjanic, 91′), De Jong, Pedri (Riqui Puig, 91′); Dembelé, Griezmann y Braithwaite (Trincao, 77′).

Goles: 0-1, 39′ Frenkie De Jong. 1-1, 50′ Oyarzabal (p).

Árbitro: Munuera Montero (Comité Andaluz). Mostró cartulina amarilla a Le Normand, de la Real Sociedad, y a Dembelé y Mingueza, del Barcelona.

Incidencias: Primera semifinal de la Supercopa de España disputada en el estadio Nuevo Arcángel a puerta cerrada

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